El Producto Bruto Interno (PBI) de China creció 4,8% en el primer trimestre del año, a comparación del mismo período de 2021, según informó este lunes la Oficina Nacional de Estadística de ese país, aunque los datos aún no reflejan del todo los efectos de los confinamientos reintroducidos en diversas ciudades del país a causa de los rebrotes de Covid-19.
El crecimiento del 4,8% del primer trimestre supone una aceleración respecto a la expansión interanual registrada entre octubre y diciembre del año pasado, y la del mismo trimestre de 2021 (ambas del 4%), según informó la Oficina Nacional de Estadística (ONE) de China.
Sin embargo, la cifra se ubica por detrás de la meta anual de Beijing del 5,5%, y la acumulación durante los primeros tres meses fue del 1,3%, un crecimiento más moderado respecto del último trimestre del 2021 donde se situó en el 1,5%.
La desaceleración en el crecimiento de la segunda economía del mundo había comenzado en el segundo semestre de 2021 a raíz del declive en el sector inmobiliario (uno de los principales sectores de la economía) y los rebrotes de coronavirus.
Luego de un periodo de relativa calma, los contagios volvieron a recrudecer desde mediados de marzo, lo cual impulsó al gobierno chino a reintroducir, como parte de su política de cero tolerancia, confinamientos totales o parciales en 45 ciudades, incluyendo a Shenzhen –que luego de una semana de confinamiento, levantó sus restricciones- y, actualmente, Shanghái.
“En términos generales, la economía nacional en el primer trimestre continuó con el impulso de recuperación, comportándose dentro de un rango responsable”, indicó la oficina estadística según informaron las agencias AFP y Europa Press.
No obstante, la institución advirtió que “con el entorno nacional e internacional cada vez más complicado e incierto, el desarrollo económico se enfrenta a importantes dificultades y desafíos”.
El crecimiento chino fue liderado por el sector primario que registró una expansión interanual del 6%, mientras que la industria y los servicios lo hicieron en 5,8% y 4%, respectivamente.
En tanto, las ventas del comercio minorista crecieron 3,3% y la inversión en activos fijos lo hizo en 9,3%.
Para los economistas, si bien los datos superaron sus expectativas, los mismos se vieron motorizados por el crecimiento de enero y febrero, enmascarando el debilitamiento de marzo, mes en el cual, a los rebrotes de Covid hay que sumar el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Los datos de actividad de marzo sugieren que la economía de China se desaceleró, especialmente en el consumo doméstico en medio de los cierres en Shenzhen y Shanghái, así como las restricciones de movilidad impuestas en varias partes de China”, advirtió Tommy Wu, economista de Oxford Economics, quien indicó que el impacto de dichas medidas “se podría extender hasta mayo o incluso más allá”.
En ese sentido, si sólo se considera marzo, las ventas minoristas cayeron un 3,5% anual, en el primer retroceso desde que comenzó la pandemia en 2020; mientras que el índice de desempleo aumentó al 5,8%, frente al 5,5% de febrero, la mayor cifra desde mayo de 2020.
Asimismo, el impacto del confinamiento genera preocupación por el posible impacto en las cadenas de suministro globales, al ser Shanghái uno de los puertos de más movimiento en el mundo.
Julian Evans-Pritchard, analista para China de Capital Economics, subrayó que “a menos que la situación mejore muy pronto, es difícil ver que el crecimiento no se desacelera aún más en el segundo trimestre”.
Asimismo, cuestionó la postura moderada de la política monetaria de China que, pese a que ha reducido los encajes de los bancos el último viernes, no redujo las tasas de interés ni inyectó más liquidez a la economía, lo cual permitía menguar los efectos de las restricciones.